Sanando el sanador: Un llamado a los terapeutas. 

“No pienses que aquel que trata de consolarte vive despreocupado entre las sencillas y reconfortantes palabras que a veces te hacen tanto bien. Su vida tiene mucho de dificultad y dolor. Si no fuera así, nunca hubiera sido capaz de encontrar tales palabras” Rainer María Rilke 

Las personas que trabajamos con otros seres humanos, llamados terapeutas, psicólogos, profesionales del área de la salud, sanadores, etc. Estamos en constante exposición al dolor, al sufrimiento, la muerte y somos seres con características sensibles que necesitamos estar muy concientes de nuestro auto cuidado, ya que podríamos resultar afectados en nuestra salud física y mental. 

Las principales características de un cuidador o sanador son: 

Persona resiliente 
Con alto grado de empatía y sensibilidad. 
Personalidad resistente. 
Comprometido. 
Gran capacidad de dar amor (entrega) 

Al estar constantemente expuestos a situaciones de dolor y sufrimiento, estamos en riesgo de padecer el síndrome del cuidador o fatiga por compasión que se caracteriza por: 

Aislamiento social. 
Enfermedades físicas y psicológicas (ansiedad y depresión) 
Disfunción familiar 
Afectación de su calidad de vida 
Agotamiento emocional y físico 
Falta de entusiasmo (anhedonia) 
Desmotivación a nivel general 
Falta de percepción de auto realización 
Despersonalización: Distancia Emocional 
Mayor número de equivocaciones 

Es importante estar atentos para prevenir estos síntomas y cuidarnos a nosotros mismos pidiendo apoyo de otros terapeutas o sanadores y manteniendo nuestra energía alta, centrados y con calidad de vida, escuchando las señales de nuestro cuerpo y permitiéndonos el descanso cuando sea necesario. Esta labor exige un alto nivel de responsabilidad para sí mismo y para las personas que acuden a tu consulta, ya que implica un alto grado de coherencia pues no puedes dar a otros lo que no te has dado a ti mismo. 

¿Qué podemos empezar a hacer para prevenir el síndrome de Burn Out? ¿Cuáles de estas prácticas tienes como cuidador en tu vida diaria y cuales te falta incorporar? 

Agradecer más (evitar caer en la queja constante): Toma 10 minutos diarios solo para agradecer, esto eleva tu energía y te conecta con la felicidad. 
Cuidarme como cuidador: Escuchar las señales de tu cuerpo, darte masajes, baños de agua con sal marina, reiki y diferentes prácticas que te ayuden a mantener tu equilibrio cuerpo-mente. 
Reconexión espiritual: Tener prácticas constantes de meditación e introspección. 
Pedir Ayuda: asistir a psicoterapia o a algún tipo de tratamiento que te ayude a regular tus niveles y movimiento físico, energético y emocional. 
Soltar el complejo de salvador: Recordar la diferencia entre Salvar VS Acompañar. Salvar es cargarte y hacerte responsable de los problemas de tus consultantes, acompañar es saber cuál es tu limite como sanador y permitir que la otra persona se haga responsable de su propio proceso. 

Atender su propia Salud: Tener hábitos de vida saludables como alimentación sana, ejercicio, higiene de sueño.. 
Soporte emocional y manejo del estrés: Acudir a grupos de apoyo 
Lograr un equilibrio entre la vida personal y el cuidado del paciente. 
Aprender a pedir ayuda y crear una amplia red de apoyo socio familiar. 
Realizar actividades ajenas al cuidado. 
Realizar Pausas activas como ejercicio físico, risoterapia y meditación. 
Tener espacios de catarsis: Recuerda que las personas que llegan a tu consulta te muestran situaciones de tu vida que te mueven y conmueven, por eso es importante un espacio donde puedas poner en palabras y darle movimiento a tu emoción. 

Angela Cardona Gómez 
Psicóloga especialista en Terapia Gestáltica 
Master en PNL- Lider Coach. Directora de Mujeres Brillantes 
Tel: 3002481761 
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